
Evgeny Yudin
Autor
Calificación: International Health Access Consultant
Puesto: Founder of Pillintrip.com
Empresa: Pillintrip.com – International Health and Travel

Aviso legal: Este artículo tiene fines educativos únicamente y no sustituye el consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre consulte a un profesional de la salud cualificado ante cualquier duda sobre una condición médica, un medicamento o la salud de su hijo durante el viaje.
Viajar con niños siempre es una aventura: a veces mágica, a veces caótica. Y si alguna vez su hijo se ha despertado el segundo día de su esperado viaje con mocos, dolor de garganta o algo de fiebre, conoce esa sensación. La buena noticia: la mayoría de los resfriados en niños son leves, y con la preparación adecuada se pueden manejar incluso lejos de casa. A continuación, 10 consejos prácticos y ampliados, enriquecidos con orientación útil, perspectiva médica y la experiencia real de otros padres, para ayudarle a afrontar esos días inesperados de enfermedad durante el viaje.
1. No se alarme — detecte los signos a tiempo
Los resfriados en los niños suelen aparecer de repente y, estando lejos de casa, cada síntoma parece más grave. El primer paso es reconocer si se trata solo de un resfriado común o de algo más serio. Los síntomas leves incluyen mocos o nariz congestionada, estornudos, fiebre baja y tos que no dificulta la respiración. Recuerde que el viaje supone un esfuerzo extra para el sistema inmunológico infantil, lo que los hace más vulnerables. Los “síntomas de alarma” son fiebre alta superior a 38,9°C, dificultad o rapidez al respirar, o letargo extremo. Detectar esto a tiempo ayuda a decidir si basta con descansar o si es momento de acudir al médico.
Lista rápida:
- Controle la temperatura dos veces al día.
- Anote los síntomas y cualquier medicamento administrado.
- Confíe en su instinto: si algo le preocupa, busque ayuda.
Viajar con niños pequeños siempre trae sorpresas, y nada es más desafiante que cuando un bebé o un niño pequeño se enferma lejos de casa. En este vídeo sincero, padres reales comparten sus experiencias personales y consejos prácticos sobre cómo afrontar la enfermedad de un niño mientras se viaja. Desde remedios sencillos y trucos para su comodidad, hasta orientación para buscar asistencia médica en el extranjero, estas ideas le ayudarán a mantener la calma y estar preparado, incluso si los planes cambian. Este recurso es perfecto para padres preocupados que buscan consejos prácticos y directos para manejar enfermedades durante el viaje.
2. Lleve lo básico en su bolsa de viaje

Preparar un pequeño botiquín es una de las mejores decisiones que los padres pueden tomar antes de un viaje. Los esenciales deben incluir:
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Medicamento |
Dosis habitual |
Restricción de edad |
Frecuencia |
Observaciones |
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Paracetamol (Tylenol) |
10–15 mg/kg |
Lactantes >3 meses (con visto bueno médico) |
Cada 4–6 h (máx. 5 dosis/24 h) |
Alivio del dolor y la fiebre |
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5–10 mg/kg |
Lactantes >6 meses |
Cada 6–8 h (máx. 4 dosis/24 h) |
Dar con alimentos |
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Solución salina nasal |
Unas gotas/pulverizaciones en cada fosa |
Todas las edades (incluidos recién nacidos) |
Según necesidad |
Alivia la congestión |
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Según indicación/médico |
Generalmente >2 años |
Una vez al día |
Para alergias |
Lleve siempre los medicamentos en su envase original y anote las instrucciones de dosificación según peso y edad. Si puede, incluya una jeringa dosificadora pequeña para medicamentos líquidos. Tener estos elementos a mano permite actuar rápido, incluso antes de encontrar una farmacia en una ciudad desconocida. Para más detalles sobre cómo armar el botiquín perfecto, consulte nuestro artículo: Viajar con cabeza: por qué necesitas un botiquín pediátrico en el extranjero.
3. Adapte el itinerario de viaje
Los padres a menudo sienten la presión de seguir el plan original, pero cuando un niño se enferma, la flexibilidad es clave. Cancelar o aplazar visitas puede parecer una pérdida, pero debe priorizar la recuperación. En vez de una jornada completa fuera, opte por actividades de bajo esfuerzo.
Ejemplo de día tranquilo:
- Mañana: dibujos animados y colorear en el hotel.
- Tarde: paseo corto por un parque tranquilo.
- Noche: sopa, cuento e irse a dormir temprano.
No todos los recuerdos de viaje provienen de lugares concurridos: a veces los mejores surgen de momentos tranquilos e inesperados juntos.
4. La hidratación no es negociable

La hidratación es clave para manejar los resfriados, especialmente cuando hay fiebre o mucosidad. Anime a beber agua, zumos muy diluidos o soluciones con electrolitos con frecuencia. Los líquidos tibios como el caldo o las infusiones sin cafeína son reconfortantes y ayudan a despejar mucosidad. En los pequeños que no quieren beber, trucos como polos de hielo pueden funcionar bien. Los bebés deben seguir con lactancia o fórmula a demanda.
¿Qué hacer y qué no?:
- ✅ Ofrezca líquidos cada 30–60 minutos.
- ✅ Use vasos o pajitas divertidas para motivarles.
- ❌ Evite bebidas con cafeína o muy azucaradas.
5. Medidas de confort que realmente funcionan
El bienestar es tan importante como los medicamentos. Los remedios caseros sencillos pueden ayudar mucho durante el viaje. La miel (para mayores de un año) calma la tos nocturna; la solución salina y los aspiradores nasales alivian la congestión en niños pequeños. Un baño caliente relaja los músculos y ayuda a expulsar mucosidad, mientras que una compresa fría en la frente ayuda a bajar la fiebre. Si no hay humidificador, cierre la puerta y deje correr la ducha caliente para crear vapor 10 minutos.
Lista rápida de confort:
- Pijama limpio y mantas suaves.
- Juguete favorito para mayor tranquilidad.
- Rutina suave: cuento o canción antes de dormir.
6. Mantenga una dieta ligera
Los niños enfermos suelen perder el apetito, y es normal. Céntrese en ofrecer alimentos fáciles de digerir y reconfortantes.
Alimentos ligeros y aptos para el viaje:
- Plátano, arroz, compota de manzana, tostadas (dieta “BRAT”).
- Caldos claros.
- Galletas o cereales secos.
- Helados de hielo o polos de frutas.
Evite alimentos grasos, picantes o dulces, pues pueden irritar el estómago. No obligue a comer mucho— pequeñas meriendas son suficientes.
7. Sepa cuándo consultar a un médico

Aunque la mayoría de los resfriados remiten solos, los padres deben saber cuándo buscar ayuda profesional. Acuda al médico si la fiebre no baja con medicamentos, hay dificultad para respirar o signos de deshidratación como menos orina o mucho cansancio. Las otitis son frecuentes durante el resfriado, así que consulte si nota dolor o secreción en el oído. Si hay vómitos, decaimiento o el niño “no está como siempre”, busque atención médica.
Lista de síntomas de alarma:
- Fiebre superior a 38,9°C.
- Dificultad respiratoria.
- Dolor o secreción en el oído.
- Vómitos persistentes o rechazo de líquidos.
- En menores de 3 meses: cualquier fiebre.
8. Tenga en cuenta la logística del viaje
El propio viaje puede complicar la recuperación. Viajar en avión con congestión nasal puede ser muy doloroso, ya que la presión empeora los problemas de oídos y senos. Si volar es inevitable, dé al niño mayor chicle o una bebida para tragar en el despegue y aterrizaje. En bebés, un chupete o el biberón funcionan bien. Si hay fiebre alta, mejor retrasar el vuelo. En tren o autobús, lave las manos frecuentemente y lleve pañuelos.
Lista de logística:
- Toallitas desinfectantes y pañuelos en el equipaje de mano.
- Chupete, chicle o biberón durante el vuelo.
- Limpie reposabrazos y mesitas.
9. Prepare un verdadero botiquín
Un botiquín de viaje bien preparado puede cambiarlo todo. Incluya antipiréticos infantiles, termómetro, solución salina, toallitas desinfectantes, tiritas y un peluche. Si el niño toma medicación habitual, lleve dosis extra por si hay retrasos. Todos los medicamentos deben ir en el equipaje de mano. Un cuaderno pequeño para anotar temperaturas, horarios de medicinas y síntomas resulta útil.
Imprescindibles del botiquín:
- Antipirético (Tylenol/Ibuprofeno).
- Termómetro.
- Spray nasal.
- Tiritas y toallitas antisépticas.
- Peluche o manta de consuelo.
10. Manténgase flexible y tenga paciencia

Viajar con niños rara vez sale según lo planeado. Perderse un museo o pasar un día más en el hotel no es un fracaso, es parte de la experiencia. Su hijo no recordará el itinerario; recordará cómo se sintió acompañado y seguro. Darse permiso para ir despacio puede transformar un viaje estresante en algo valioso.
Recordatorio para padres:
- La flexibilidad es fortaleza, no debilidad.
- Incluso un día de enfermedad puede tener momentos de alegría.
- Lo está haciendo lo mejor posible, y eso basta.
Fuentes y recomendaciones oficiales
Para información médica fiable, consulte:
- HealthyChildren.org: Paracetamol para fiebre y dolor
- CDC Yellow Book: Viajar seguro con bebés y niños
Reflexiones finales
La mayoría de los resfriados se resuelven solos y, con paciencia, líquidos y cuidados de confort, los niños se recuperan antes de lo que imaginamos. La clave está en la preparación — tener los medicamentos adecuados, conocer los signos de alarma y mantener la calma. La crianza en la carretera no es perfección, es resiliencia. Un día de enfermedad puede formar parte de la aventura y, a menudo, los momentos de cercanía y cariño son los más recordados.
Para conocer más experiencias de padres, consulte estos hilos en Reddit:
- Nuestras vacaciones son un desastre (r/toddlers)
- Viajando con un niño enfermo de 6 años (r/Parenting)
- Ética de viajar con niños enfermos (r/daddit)
FAQ: ¿Su hijo se ha resfriado durante el viaje?

1. ¿Cómo saber si es solo un resfriado o algo más serio?
La mayoría de los resfriados infantiles son leves y desaparecen en una semana. Los síntomas comunes incluyen mocos, estornudos, fiebre baja y tos ligera. Sin embargo, si su hijo tiene fiebre mayor a 38,9°C, dificultad respiratoria, signos de deshidratación (sin lágrimas, labios secos, menos pañales mojados) o apatía, busque atención médica. En menores de 3 meses, cualquier fiebre requiere atención inmediata.
2. ¿Qué debo llevar siempre en el botiquín infantil para viajar?
Como mínimo, lleve:
- Paracetamol (Tylenol) y/o ibuprofeno (Advil/Motrin) con jeringa dosificadora.
- Spray nasal de solución salina.
- Termómetro.
- Antihistamínico apropiado para la edad (Claritin, Zyrtec).
- Toallitas desinfectantes y gel de manos.
- Un peluche o manta para consolar. Llevar estos productos en su envase original con las instrucciones de dosificación le ayudará a reaccionar con rapidez incluso en lugares desconocidos.
3. ¿Puede mi hijo viajar en avión con un resfriado?
Viajar en avión con congestion nasal puede resultar incómodo, ya que la presión agrava el dolor de oídos y senos nasales. Si su hijo tiene fiebre, una infección de oído o dificultad para respirar, lo mejor es posponer el vuelo. Si debe volar, déle al niño mayor chicle o una bebida para tragar durante el despegue y el aterrizaje; para los bebés, ofrezca chupete o biberón. Así se equilibra la presión y se reduce el malestar.
4. ¿Qué alimentos son los mejores si mi hijo se pone enfermo durante el viaje?
Los alimentos ligeros y fáciles de digerir son lo mejor: plátano, arroz, compota de manzana, tostadas, caldos claros, galletas y polos de hielo. Esto aporta energía sin sobrecargar el estómago. Evite los alimentos grasos, picantes o muy dulces. Pequeñas y frecuentes meriendas funcionan mejor que grandes comidas.
5. ¿Cuándo debo llevar a mi hijo al médico estando en el extranjero?
Acuda al médico si:
- La fiebre no mejora con medicamentos.
- La respiración es costosa, rápida o ruidosa.
- Hay vómitos persistentes o no puede retener líquidos.
- Dolor intenso de oído, dolor torácico o sueño excesivo.
- Su intuición le alerta de que algo anda mal.
Antes del viaje, investigue clínicas o centros pediátricos en el destino para saber dónde acudir si hay emergencia.

